Boya denunció que “esto afecta al servicio que reciben los pacientes, ya que se van los médicos con los que tenían confianza desde hace años”. Concretamente, los dos últimos profesionales en abandonar su plaza han sido un cirujano y un anestesista, mientras que los dos primeros fueron ginecólogos.
Con la marcha de los dos últimos facultativos, Unitat d’Aran ha reiterado su petición de que los responsables del centro hospitalario “hagan lo posible para evitar la fuga de profesionales”.
“Desde Unitat d’Aran estamos realmente preocupados, porque han sido buenos profesionales y no ha habido capacidad para convencerlos de que se quedaran”.
Por su parte, el director de Aran Salut, Francesc Fernández, respondió que la situación es “normal y lógica” y que la movilidad de profesionales se produce en todos los hospitales.
“Probablemente en este se note más porque se trata de un centro pequeño en el que los profesionales tienen mucha proximidad con los pacientes”, aseguró. “Éste es un problema de todo el sistema sanitario, faltan profesionales y hay muchos desplazamientos”, indicó Fernández.
En cuanto a la sustitución de los médicos, el responsable de Aran Salut afirmó que “no es fácil, porque hay falta de profesionales en todo el sistema, tanto a nivel del Aran como de Catalunya o del Estado”, pero que “la atención se reestructura y los pacientes no se ven perjudicados en ningún momento por la marcha de médicos”.