Unitat d’Aran manifiesta su preocupación frente al recorte de más de un millón de euros en la sanidad aranesa

Tras aprobarse el presupuesto del Conselh Generau para este 2016, con la abstención crítica del grupo de UA, se pone de manifiesto la incapacidad del actual gobierno de CDA para reclamar a la Generalitat de Catalunya una financiación justa para Aran

El pleno del Conselh Generau d’Aran aprobaba esta semana el presupuesto para 2016 en el que se confirmaban los recortes que la máxima institución aranesa viene sufriendo desde 2011 por parte de la Generalitat de Catalunya. De entre ellos, el que más destaca es el que sufre el área de sanidad, con 1’75 millones menos de los que recibía en 2011.

No obstante otras áreas también quedan seriamente afectadas, como la de conservación de caminos vecinales, la de acción social, con trescientos mil euros menos, o la de protección civil.

Para Unitat d’Aran, estos recortes son la evidencia de, por un lado, la falta de contundencia del gobierno del Conselh Generau a la hora de defender los derechos e intereses de los araneses, y por otro, la desconsideración de la propia Generalitat hacia Aran.

Es necesario y urgente un cambio de políticas y estrategia para poder dar respuesta a las necesidades de la gente. Necesitamos un sistema de financiación propio, tal y como marca la Ley de Aran, aprovada hace un año por el Parlament y que todavía no se ha desplegado”, declaraba Paco Boya, conselhèr y secretario general de Unitat d’Aran. “De otra forma, se corre el riesgo, cada vez más real, de que el Conselh Generau acabe siendo nada más que el gestor de la Generalitat en Aran, perdiendo así todo su sentido como institución propia de los araneses”, añadía el conselhèr.

Este presupuesto incluye también el retorno de la paga extra de 2012 a los funcionarios, hecho por el que el grupo de Unitat d’Aran no votó en contra del mismo y presentó una abstención.

En este mismo pleno, se aprobaba también, con el acuerdo de todos los grupos, una moción presentada por UA de apoyo a la ganadería y al agropastoralismo, tras el malestar creado en el sector por las nuevas reintroducciones de fauna salvaje.