Francés Boya, sindic d’Aran: “Este éxito nos pertenece a todos los araneses”

PREGUNTA. La decisión acordada por el tripartito era una antigua reivindicación aranesa. ¿Qué supone para Aran la decisión del tripartito de excluir Aran de la Ley de Veguerías?

RESPUESTA. Supone un avance, un punto de inflexión en nuestra relación con Cataluña y su Gobierno, porque después de una larga batalla, que ha durado años, hemos logrado no sólo excluir Aran de la organización de las veguerías, como siempre hemos reclamado, sino también asegurar que Aran con su Conselh Generau sea el único referente territorial de los ciudadanos y las ciudadanas. Se abren nuevas perspectivas de futuro y de consolidación de nuestro autogobierno. El Gobierno que preside José Montilla nos ha escuchado y ha entendido nuestra reivindicación después de una larga y difícil negociación.

P. Como sindic, ¿qué siente? ¿Y cómo aranés?

R. Siento una enorme satisfacción, porque este éxito nos pertenece a todos los araneses, a todos los ciudadanos que viven y trabajan en Aran, que de forma transversal han defendido y defienden su pertenencia a este Valle, con su singularidad, su tradición de autogobierno y, especialmente, su voluntad de seguir proyectando en el futuro sus deseos colectivos desde la proximidad que representan sus instituciones. La gente está a favor de mantener este estatus singular dentro de Cataluña, y esto quiere decir no tener otra capitalidad que la nuestra y no tener otro gobierno de referencia que el que elijan los ciudadanos de forma directa.

P. El consenso impulsado desde el Conselh d’Aran de cara a la futura Ley d’Aran, ¿ha sido importante a la hora de trabajar para conseguir este acuerdo?

R. Ciertamente, es desde el consenso que el Conselh trabaja con los temas de país. Y la nueva ley de Aran es uno de estos temas. La elaboración de la propuesta de la ley se ha hecho con el acuerdo de los partidos con representación en el Conselh. Y a petición nuestra, el Parlament ha constituido una ponencia conjunta, entre todos los grupos políticos, para elaborar esta nueva ley a partir del documento consensuado en Aran. Espero que, en este proceso, los partidos sepan abandonar su tacticismo y su voluntad de ser protagonistas en beneficio de una ley que ha de permitir mejorar la financiación y dotarnos de los intrumentos necesarios para avanzar en la eficacia y la proximidad de la gestión de los asuntos públicos.

P. No obstante, como parlamentario por UA, partido vinculado al PSC, ha tenido que pasar momentos duros y adoptar posturas nada cómodas antes de hacer conciliar dos posturas que en algunos momentos parecían antagónicas.

R. He tenido claro desde el prinicipio que Aran es lo primero, por encima de intereses partidistas. Y bajo ese principio he actuado, hasta el punto que no hemos tenido reparos en cuestionar nuestra relación con el PSC, si no se respetaban los derechos de Aran. También me abstuve en la toma en consideración de la ley de veguerías, contraviniendo el sentido del voto del grupo al que pertenezco. Pero también es verdad que mi presencia en el Parlament y nuestra influencia en el PSC, así como la voluntad de entendimiento de ambos partidos, ha permitido finalmente que Aran vea respetada su singularidad de forma clara. En este sentido, quiero reconocer el compromiso del president Montilla con Aran, que en su visita del pasado marzo, abogó por el acuerdo con el Conselh y por desplegar el Estatut respetando la singularidad de Aran. Un compromiso que ha cumplido.

P. ¿Podemos decir que este es un momento histórico para Aran?

R. Puede parecer un tópico, pero yo creo que sí, porque lo que hubiera podido significar una quiebra, una ruptura, ha constituido un avance en la consolidación de nuestro autogobierno y la especificidad política y territorial de Aran en el conjunto de Cataluña. Y esto es verdad que es histórico, porque en contra de lo que pasó en 1834, cuando pasamos a formar parte de la provincia, o en contra de lo que pasó en 1987, cuando la Generalitat de entonces convirtió Aran en una comarca más de Cataluña, ahora, en 2010, somos una entidad territorial singular dentro de Cataluña, que, de forma pactada, queda al margen de las veguerías, es decir, de la propia organización territorial catalana.

P. Y ahora, ¿qué depara el futuro a Aran? ¿Cuáles son los nuevos retos?

R. Pues tenemos que seguir con todo nuestro empeño en superar estos momentos de dificultades para muchas familias y seguir con nuestra ruta de modernización y transformación del país iniciada hace tres años. De hecho, uno y otro objectivo van relacionados, porque tenemos que lograr una economía más productiva y competitiva, que genere puestos de trabajo en sectores hasta ahora inexplorados, como el de la innovación. Por eso en breve se iniciarán las obras para construir un Centro de Innovación Tecnológica en Casau, que permitirá dar apoyo a los jóvenes y nuevos emprendedores y asegurarles también una formación en estudios superiores, sin tener que desplazarse a Barcelona, por ejemplo. Tenemos necesidades urgentes como mejorar nuestras comunicaciones, porque sufrimos un déficit histórico en este sentido. Ahora hemos empezado con las obras de mejora de accesos a pueblos, pronto se iniciarán los trabajos en la carretera C – 28 entre Salardú y Baqueira, y espero que más pronto que tarde suceda lo mismo en la N – 230, entre el túnel y Vielha. Vamos a seguir trabajando para garantizar la solidez de nuestro turismo, haciendo de Aran un referente, una destinación de calidad, que vende de forma concertada sus productos y da a conocerlos en los mercados cercanos pero también en el ámbito internacional. Y por supuesto tenemos que garantizar que nadie se quede atrás del progreso, que todos tenemos las mismas oportunidades y que se mantiene la protección para los más vulnerables, como nuestros ancianos, para los que hemos construido una nueva residencia con instalaciones más cómodas y dignas. Queda mucho por hacer, pero tenemos toda la ilusión y las ganas para seguir trabajando y reclamando aquello que nos parece justo y que el pueblo aranés necesita y merece.